Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



lunes, 5 de septiembre de 2016

Arroz con leche, siempre cremoso



Pocas recetas mías de postres vereis (o habreis visto), pero como hay que evolucionar, aquí nos lanzamos con un clásico : Arroz con leche. Vamos con una versión más hacia lo asturiano, si bien remataré para que nadie se me queje, puesto que en la variedad está el gusto. Lo más importante es tener claro que si no se está al tanto todo el rato, se nos pueda ir al traste, así que paciencia y una copita de vino al lado, que así se hace mejor el camino.

INGREDIENTES (4 - 6 personas)

135 gr. de arroz (mejor redondo)
Un litro de leche entera fresca
Una ramita de canela
Piel de naranja y de limón
Medio vaso de agua (unos 135 ml.)
Sal azul de Persia
Una nuez de mantequilla (en torno a 25 gr.)
Medio vaso de azúcar blanco
Azúcar moreno
Canela en polvo

RECETA

Nos ponemos manos a la tarea preparando los ingredientes. Lavamos el arroz, para que pierda almidón; por otro lado, quitamos la parte blanca interior de las pieles de limón y naranja, para evitar que amargue.


Por un lado, pondremos la leche a calentar, aunque no en exceso, y evitando que hierva; dentro colocamos la canela en rama y las pieles de cítricos, para que vaya aromatizándose desde el inicio.


En una cazuela mayor, que usaremos para la elaboración, colocamos el agua buscando que hierva, momento en el que añadimos el arroz y una pizca de sal, y bajamos la temperatura; vamos removiendo, hasta que se consuma la mayor parte del agua.


Es el momento de incorporar la leche (con canela y pieles) y la mantequilla; toca trabajar y estar muy pendientes. El fuego medio - bajo (incluso, yo diría que bajo) y a remover, teniendo muy en cuenta que no ha de hervir la leche en ningún momento, ya que cogería un mal sabor y no le daríamos el punto correcto.


Pasada media hora añadimos el azúcar (la cual podemos corregir al final, si así lo consideramos). Seguiremos con la pala de madera removiendo, nunca menos de hora y media en total, aunque creo que el punto perfecto lo encontramos si lo alargamos hasta las dos horas; antes, el punto de arroz puede quedar algo más duro, aunque esto también depende del gusto de los comensales.




Cuando veamos que está casi a punto (hemos de ir probando), cortamos el fuego, y terminará de espesar al enfriarse, quedando cremoso y no muy líquido; lo mejor es colocar en un recipiente grande, no muy hondo, para que repose en condiciones. Ha de enfriar primero al aire, y después meteremos a la nevera, eso sí, tapado (por ejemplo, con film transparente), para evitar que coja olores. Según cuando lo preparemos, podrá ser disfrutado en el día o al siguiente; yo soy partidario de tomarlo fría, aunque hay quien lo prefiere templado.



En función de cuando lo vayamos a degustar, es bueno sacar del frigorífico una media hora antes (para evitar que esté demasiado frío), y ahí rematamos. En una mitad, rallamos un poco de piel de naranja y cubrimos con canela en polvo; en la otra, colocaremos azúcar moreno en toda su extensión, y quemaremos, caramelizándolo, con un soplete de cocina.



Soy más del caramelo, pero ya puestos, un poco de cada parte.


jueves, 1 de septiembre de 2016

EL FRANCES, sensacional tapeo tarifeño



Este verano por tierras gaditanas me ha permitido descubrir interesantes rincones gastronómicos, y uno de ellos, casi por casualidad (y por las pistas que internet te anticipa), lo localicé en la bonita Tarifa : Bar El Francés.


En un rinconcito, en el centro de la población, lo primero que hay que tener claro es que si quieres sentarte en su agradable terraza, hay que armarse de paciencia, ya que no hay opción de reserva con hora concreta. Has de acercarte a Marcel y que te apunte; te orientará sobre lo que habrá que esperar, y que si cuando llegue tu turno no estás, ha de saltarte, con lo que la solución fue sencilla : a tomarnos mientras unos ricos vermús en la zona de barra y barriles, con unas tapitas que bien acompañaban, destacando unas ricas aceitunas.


Pero volvamos al nombre : El Francés. Habreis notado que he nombrado al encargado y propietario, Marcel, y su nombre os sonará galo, y así es. Pero el nombre del local no viene de ahí, sino como él mismo me explicó, proviene del anterior propietario, un tarifeño que emigró a Francia, y a su vuelta todo el mundo del pueblo le llamaba El Francés, y al montar el bar, pues ya pueden ustedes imaginarse.

La atención es fabulosa, con un equipo compuesto en su mayoría por chicas siempre con una sonrisa en su boca, y el propio Marcel al frente y haciendo que el engranaje no chirríe.

Ya en la mesa nos encontramos con una carta muy de tapeo y varias sugerencias del día, con varias raciones en alternativa de media. Lo oportuno es compartir y así poder disfrutar de varios platos.


El arroz del día, preparado con verduras frescas, sonó bien, así que fue una de las 4 elecciones. Un poco más de verdura con unas interesantes berenjenas con mermelada y queso de cabra.



Remate en torno al atún, con algo fresco como un delicioso tartar (con guacamole) y más contundentes las albóndigas.


Otros platos sonaban muy bien, como el cous-cous de verduras, el pulpo braseado o sus afamadas patatas bravas.

Mención especial su carta de vinos, ya que en local más orientado al tapeo y lo informal, se pude pensar más en cervezas y algún vino. Pues no, gran carta, con variedades diversas, en uvas y países; optamos, dada la comida elegida, por el delicioso Impromptu, ese rosado Pinot Noir de Bodega Hispano Suizas.


Y aunque habíamos acabado saciados, el arroz con leche nos llamó la atención, y suerte que fue así. Perfecto punto, cremoso y equilibrado, realmente colosal.


Dos últimos apuntes, potente salsa picante, a la par que divertido su nombre : kemakulo. Y suele ser habitual tener música en directo, que surge allí casi por casualidad.


No sé si volveremos a Tarifa, pero lo que sí tengo claro es que en caso de regresar, pasaré a visitar a Marcel.

Bar El Francés
C/ Sancho IV El Bravo, 21
11380 Tarifa (Cádiz)
685.857.005