Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



viernes, 23 de diciembre de 2016

Cerrando 2016.......recordando los mejores post

Se está acabando el año, y en las fechas en las que estamos, lo primero os desearos una Feliz Navidad a todos mis amigos lectores.


Y como ocurre en muchas ocasiones, os dejo, por categorías, las que creo mejores entradas en el blog durante 2016, por si quereis recordarlas y disfrutarlas :

MEJORES RECETAS

Os dejo las 3 con las que mejor han disfrutado mis comensales, y creo que son buenas recetas para estos días que corren :


EL VIAJE

Sin duda, a una fabulosa ciudad :


#SIERRAGOURMET

Dos muy buenas opciones, de las mejores en la Sierra Noroeste Madrileña :


SELECCION DE RESTAURANTES

Donde mejor he comido, entre otros, en 2016 :


Pues lo dicho, acabad de lujo 2016, y comenzad mejor 2017


viernes, 9 de diciembre de 2016

Patatas con costillas de cerdo, al toque de hierbas aromáticas



Invierno, frío.......es momento de platos de cuchara. Entre los mismos, una solución que permite un juego muy variado, es el de los guisos de patata. Pues vamos con uno bastante clásico.

INGREDIENTES (4 personas)

Una cebolleta blanca dulce.
Medio pimiento rojo.
Un tomate rama.
Patatas nuevas (al menos una por persona).
Costillas de cerdo (a cada comensal deberían tocarle 3).
Pimentón (mezcla de dulce y picante).
Sal roja de Hawai.
Pimienta blanca.
Aceite de oliva virgen extra.
Vaso de vino blanco.
Hoja de laurel.
Unas hojas de salvia.
Romero fresco.

RECETA

Comenzamos pelando el tomate; escaldado rápido (unos segundos) en agua hirviendo, y luego metemos en agua fría (podemos añadir hielo), consiguiendo que la piel salga sola. Picamos el tomate fino, así como la cebolleta y el pimiento.


Sellamos las costillas, que queden doradas por fuera, y reservamos.


En la cazuela donde vayamos a trabajar, con un chorrito de AOVE, rehogamos el tomate, cebolleta y pimiento. Incorporamos las costillas, dando un par de vueltas, y finalmente las patatas, una vez peladas y chascadas.


Añadimos el vino, sal al gusto y un poco de pimienta (molida); rociamos con pimentón, colocamos la hoja de laurel y las de salvia, y un poco de romero picado. Cubrimos con agua y dejamos a fuego bajo.


Lo normal es que entre 30 y 45 minutos lo tengamos, pero mi consejo es ir probando el punto de la patata y conseguir que la salsa espese (un consejo es machacar un par de trozos de patata, que nos ayudará en esta tarea).



Ya sólo queda servir, y rematar con una ramita de romero de adorno.



viernes, 2 de diciembre de 2016

Londres, esa gran capital



Son ya varios años con el blog, y recuerdo con cariño aquel primer post sobre Londres, uno de los primeros al inicio de la andadura bloguera. Pues tras una nueva visita londinense, esta vez en familia y con días muy soleados para lo que se encuentra uno por aquellos lares, me he propuesto volver a escribir algo y dejaros nuevas fotos de la estancia, con alguna visión ligeramente diferente, quizá por el paso del tiempo, por la forma de visitarla o simplemente por ser una ciudad que te permite que cualquier visita sea un disfrute.


Como veis, soy muy de Londres, eso sí, como visitante. Los motivos son varios : sus mercados, sus pubs, sus parques, su ambiente, sus museos y sus múltiples rincones; pero además esta vez descubrí que en Londres se puede comer bien, si se sabe buscar.


Además de organizar bien la parte de vuelos (hay muchas y variadas opciones, pudiendo encontrar buenas condiciones si se hace con tiempo), es clave la selección de las fechas, que podrá permitirnos encontrar costes razonables de hotel, en una ciudad con elevados precios en el alojamiento. Hay muchas opciones de B&B, pero hay que asegurarse que de verdad estén bien, para evitar sorpresas. Por otro lado, mi recomendación es conseguir ubicarse en buena zona, a ser posible céntrico, que evite excesivas pérdidas de tiempo en desplazamientos. A modo de ejemplo os dejo el que fue nuestro hospedaje, el Grange Beauchamp Hotel, un coqueto y pequeño hotelito, junto a Russell Square, a pocos metros del Museo Británico, con fabuloso servicio, habitaciones no muy amplias pero suficientes, muy limpio y moderno, buen desayuno y a un precio razonable, si se gestiona con tiempo.


Hay zonas que se pueden (y deben) visitar caminando, en lo que sería la almendra central : desde el Soho, tras visitar el Museo Británico, hasta el Palacio de Buckingham, pasando por Picadilly y St. James Park; encaminarse hacia Westminster y el Parlamento, completando con una buena foto con el Big Ben de fondo; o rematando en Trafalgar Square, y quizá hacer parada obligatoria en alguno de los interesantes pubs de la zona. Pero hay mucho más para visitar y disfrutar en Londres, por eso recomiendo sacar un billete diario para el transporte público, muy completo y que permitirá llegar a cualquier rincón de la ciudad, a un precio aceptable (los billetes sencillos son muy caros); incluso hay alternativas más baratas, pero sólo si se van a estar un buen número de días.





En un par de días completos de estancia, que es lo que estuvimos, se puede aprovechar bastante si te organizas, y a la vez quedarán cosas por ver y ganas de volver. La oferta de museos es sensacional, además de gratuita en su mayoría, aunque si se están pocos días (y hace buen tiempo) yo recomiendo patear las calles, disfrutar de esas casas de estilo victoriano, parar en los pubs, disfrutar del ambiente, realizar alguna compra y sentir la ciudad de cerca.



Resulta ciertamente agradable adentrarse en sus mercados, cada uno con sus particularidades y características. Sin duda no se bebe dejar de pasar por Camden, caótico, desvergonzado, diferente, un espanto con estilo propio, compuesto por varios mercados, que parecen todos unirse en uno, esas fachadas disparatadas y únicas, la comida callejera, el tumulto, el paraíso de las camisetas; hay diversos pubs donde parar un rato, muchos con vistas hacia el canal para observar como se abren y cierran las compuertas para dar paso a las embarcaciones, con la gente sentada por el suelo con un sandwich o unas fish & chips, y nosotros elegimos uno que nos encantó, The Blues Kitchen, con fabulosas hamburguesas, entre otras viandas, y ricas y variadas cervezas, muy bien tiradas, además de actuaciones en directo por la noche.







Otro mercado, con mucho encanto, es el de Portobello, en Notting Hill, dedicado en buena medida a las antigüedades, pero con interesantes tiendas de ropa en sus alrededores. El mejor día para visitarlo es el sábado, cuando hay mayor número de puestos en la calle y sueles encontrar grupos musicales callejeros que amenizan a los viandantes. Y el tercero en liza, Covent Garden, donde dentro de una bonita construcción puedes encontrar tiendas de nivel que se entremezclan con puestos callejeros con productos variopintos, y todo en un muy agradable entorno con buen número de pubs y tiendas.










Pues dentro de Covent Garden localizamos un restaurante, en uno de sus pasillos, con precio ajustado y buena calidad. Se trata de un local del afamado chef Jamie Oliver, donde poder degustar platos diversos, con mucho color y sabor, perfecto uso y elaboración de las verduras, buenos vinos, y todo servido por un equipo joven y atento, que puede ayudarte a decidir.





Y vayamos con algunos indispensables, además de los mercados y el paseo tranquilo. Algo apartado del centro, uno no debe pasar por Londres sin dejar de visitar la Torre de Londres, con toda su historia, y cruzar el Tower Bridge, el puente más famoso sobre el Támesis. Y puesto que estamos por allí, darse una vuelta por St. Katharine Docks a ver los barcos amarrados, y observar el imponente pub Dickens, o incluso tomar una buena pinta de cerveza.




Se ha puesto de moda lo de hacerse una foto en Picadilly Circus, ese punto de encuentro de muchos londinenses, así que no puede faltar. Y tras no haberlo hecho en mi anterior viaje, esta vez nos organizamos para subir al London Eye, esa imponente noria que te permite tener vistas de Londres casi desde el cielo; eso sí, es probable que haya a quien no le compense el coste unido a que normalmente hay cola que soportar.




El Parlamento es un edificio impresionante, y resalta todavía más con la Abadía de Westminster enfrente. Y claro, el Big Ben es probablemente el reloj más fotografiado del mundo, y la verdad es que merece la pena.




Pero hay mucho más, aunque para eso hace falta más tiempo, como los citados museos, Hyde Park, Trafalgar Square, el barrio de Chelsea, la estación de Victoria, King`s Cross Station (quizá te cruces con Harry Potter), Palacio de Buckingham,...Parte lo dejamos para una nueva visita.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Roast beef al toque de cerveza



Las formas de elaborar las carnes son diversas y variadas. En esta ocasión vamos con una elaboración que me encanta, muy sabrosa y que no deja indiferente a nadie, el roast beef. La idea es una elaboración con un toque peculiar, y usando productos madrileños, en buena medida.

INGREDIENTES (10 personas)

2,7 kg. de lomo alto de ternera de la Sierra de Guadarrama.
Aceite de oliva virgen extra.
Sal rosa de Pakistán.
Pimienta de Jamaica.
2 botellines de cerveza La Virgen 360.
Azúcar moreno.
Tomillo y romero frescos.

RECETA

Lo primero, tras salpimentar y rebozar con un poco de azúcar moreno, sería sellar la pieza de carne, para evitar que escapen los jugos.


Colocamos la carne en una bandeja del horno, regando con la cerveza y colocando encima los aromáticos (tomillo y romero).


Una vez hubiéramos precalentado el horno a 200ºC durante 15 minutos, introducimos la ternera que ya teníamos dispuesta en la bandeja. Bajamos a 180ºC y dejamos unos 40 minutos más (hay que calcular a razón de 15 minutos por kg. de carne). Iremos regando con su jugo y la cerveza.



Yo prefiero elaborar el día anterior, o al menos con unas 3 horas de margen, para dejar enfriar. Filetearemos cuando vayamos a comer.




Lo acompañaremos con la salsa de su propio y jugo, mezclado con la cerveza, y que dejaremos reducir. Un puré no le irá mal; la última vez yo opté por un puré de nabo y patata.