Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



lunes, 24 de diciembre de 2018

Un paseo por lo mejor de 2018 by #fernandosyrah





Casi a puertas del final de 2018, con la mente puesta en la cena de esta Nochebuena y metido de lleno en días de encuentros, aperitivos y demás zascandileos, os voy a dejar mis entradas preferidas de este año, seleccionadas en 3 categorías, que no dejan de ser las del propio blog. En cada una de esas reseñas tendréis el enlace al propio post.

Mejores recetas

Me quedo con 3, que a la vez no dejan de ser un pequeño recorrido por gastronomías de tierras cercanas.

Un toquecito francés con los deliciosos coquelets.

Tradición española con unas muy ricas migas.

Intentando reflejar con exactitud una buena carbonara italiana.


Descubriendo restaurantes

Desde un Estrella Michelín #SierraGourmet hasta un pequeño restaurante madrileño, pasando por una delicia bordelesa.

Juventud al poder en Tres por Cuatro.

Montia, un Estrella Michelín para casi cualquier bolsillo.

Buen pescado y marisco en Le Petit Commerce.


Viajes disfrutones

Viajes rurales, en familia o de un día.

Puro encanto en Masía de Cebrián.

Burgos huele a vermú.

Fascinante Oporto.



Sólo queda desearos unas muy Felices Fiestas, y que en el 2019 nos sigamos encontrando y disfrutando.





jueves, 22 de noviembre de 2018

Carbonara de verdad........nunca con nata



La cocina italiana tiene multitud de interesantes platos, muchos de ellos en torno a la pasta. Los han exportado a todo el mundo, pero sin embargo no siempre se respetan las recetas tradicionales. En este caso os traigo una receta de las más conocidas, respetando al máximo su elaboración clásica, sobre todo en lo que respecta a la salsa.

INGREDIENTES (4 - 5 personas)

Pasta, en este caso opté por tagliatelle, aunque la carbonara clásica es más con espagueti; pero con pasta corta y hueca se impregna mejor de salsa, y puede resultar incluso mejor. Pasta fresca al huevo (unos 500 gramos).
Guanciale (nunca bacon, y si no lo encontrais, como mucho con panceta). Cantidad al gusto (unos 100 gramos por comensal está bien).
Queso pecorino (si bien, usé uno especial con trufa, que es mi pequeña licencia). También resulta gustoso con un parmigiano curado.
4 - 5 huevos. Usaremos 3 - 4 yemas y un huevo entero.
Pimienta negra (según la potencia, podeis seleccionar una u otra). Es imprescidible, al dar ese "toque a carbón", que da nombre al plato.
Sal.
Agua.

RECETA

Pues nos ponemos manos a la obra (diría que casi maestra). Rallaremos primero el queso, en cantidad generosa, al tiempo que pondremos agua a hervir, con un puñado de sal, donde coceremos la pasta. No se debe echar aceite en ese agua.



Separamos la yema de 3 de los huevos, y las juntamos con el otro huevo. Entonces a batir, añadiendo queso, en la idea de buscar una salsa cremosa, relativamente densa. Este tipo de queso da suficiente potencia, como para que no nos haga falta añadir sal.



A la vez, cuando hierva el agua, incorporamos la pasta, que en pocos minutos tendremos lista (seguid las instrucciones del fabricante, y no os equivocareis), de tal forma que quede al dente. Para confirmar que está bien, probadla (no intenteis que se pegue en la pared ni otros disparates similares). No escurrimos.


Por otro lado, y a ser posible al tiempo, en una sarten grande aprovechamos algo de la propia grasa del guanciale, cortado en trozos pequeños, y así no necesitaremos AOVE. Salteamos rápidamente, y ahí mismo incorporamos la pasta, directamente desde el agua de cocer (nunca está de más que caiga algo de agua, que ligará mejor la salsa). Esta parte ya estará finalizada, y retiramos del fuego.





Terminaremos la salsa incorporando pimienta, al gusto, y batimos para que se mezcle bien; podemos rectificar con más queso (para espesar) o un poco del agua de cocer la pasta, según veamos que ha quedado de densidad. Con la sartén de la pasta y guanciale fuera del fuego, como antes mencionaba, añadimos la salsa, y mezclamos a conciencia, de tal forma que casi parecerá que no tiene salsa. Es muy importante que no incorporemos la salsa de huevo con calor de fuego directo, ya que se cuajaría, y no es la idea.





De ahí al plato, y a comer. Siempre en función del gusto de cada cual, se podría echar un poco de pimienta por encima, así como queso rallado; yo no soy partidario, porque el plato ya habrá quedado redondo.




lunes, 19 de noviembre de 2018

Le Petit Commerce : Una delicia de restaurante en Burdeos



Le tenía echado el ojo desde que organicé el reciente viaje familiar a Burdeos, pero es que cuando pasé por delante, con esa vitrina espectacular plena de pescado y marisco fresco, terminé de convencerme, si es que hacía falta.


Perfecta ubicación la de Le Petit Commerce, muy cerca de la famosa Plaza de la Bolsa y su espejo de agua, en zona que podríamos pensar como muy turística, pero sin embargo al comprobar que muchos bordeleses y otros franceses comen allí, nos quitaba la idea de que pudiera no ser el sitio adecuado para tener una buena experiencia gourmet.


Así, y atrevidamente al no haber reservado, nos acercamos al mediodía en viernes de puente de todos los santos, con el riesgo de no encontrar mesa, y más todavía teniendo en cuenta el tamaño del local, no especialmente grande. Existía la alternativa de la terraza, pero el día no estaba demasiado para ello, y no la tenían operativa por el frío.


Entramos, y con una sonrisa nos señalaron la única mesa que les quedaba, perfecta para los 4. Como antes decía, el local es pequeño, con mesas muy cercanas, lo cual pueda no gustar, pero no en mi caso, entendiendo que estábamos comiendo en un restaurante al estilo taberna, lleno de encanto.

Mi nulo francés hizo que la selección de viandas tardara un rato, y más cuando también había sugerencias, pero entre nuestra traducción, un poco de inglés y la inestimable ayuda de nuestra camarera (sonriente en todo momento).


Puesto que el horario de comidas es temprano, optamos por un almuerzo ligero, en el que probar varios platos (aunque me quedé con las ganas de tomar algún pescado). Mientras terminábamos de seleccionar, nos presentaron de entrante/aperitivo una deliciosa crema de hongos, ya con la clásica botella de agua en el centro (esta costumbre, en los sitios donde hay buena agua del grifo, es de agradecer, y sería perfecto que se tuviera en cuenta en España, siempre que sea posible).


Arrancamos con una Anchoiade con crudités de diversas verduras de la zona, sencillo y fresco, pero realmente rico. Decidimos probar unos caracoles, otro de los platos típicos de la zona, y sin duda no nos equivocamos, ya que estaban exquisitos.




Fantásticos unos mejillones de la zona, más pequeños que los gallegos, pero especialmente sabrosos y en perfecto punto de elaboración. No podían faltar unas ostras de la Bahía de Arcachon, del nº 3, con su mantequilla, perfecta con un pan realmente bueno y crujiente; siempre una delicia.



Rematamos con unas cigalas, sencillamente maravillosas, y un solomillo de buey (sí, era buey), de carne jugosa, sabor contundente y en perfecto punto de presentación.



Gran elección del vino, bien asesorados, un blanco seco de Burdeos, Chateau Turcaud, coupage de Sauvignon y Semillon, con una correcta RCP, y un perfecto acompañamiento para los platos.


Rematamos con una Creme Brulee muy agradable y unos cafés. La cuenta, para los 4, fue de poco más de 130 €, lo que me pareció un muy buen precio, dada la calidad del producto.


Si un día vuelvo a Burdeos, seguro que repito.


22 Rue Parlament Saint-Pierre
33000 Burdeos (Francia)
0033 556797658
lepetitcommerce@live.fr

domingo, 16 de septiembre de 2018

Así preparo yo el Ramen...

 


Hoy vamos con una receta de ramen, que quizá se salga algo de las más clásicas, pero que sin duda queda muy sabrosa, además de permitir diversas variaciones. Pongámonos manos a la obra.

INGREDIENTES (para 6 personas)

Algas deshidratadas (Dulse en copos y Musgo de Irlanda).
Cebolleta, con el tallo verde.
Pasta miso (marrón).
Unos champiñones Portobello.
Una pechuga de pavo. Carcasas.
Un puerro.
Apio.
Zanahoria.
Medio pimiento rojo.
Fideos de arroz integral (unos 180 gramos).
Espinacas.
Brocoli.
Salsa de soja.
Sésamo.
Aceite de oliva virgen extra (AOVE).
Agua.
Sal rosa del Himalaya.
Pimienta de Jamaica.

RECETA

Empezamos por hidratar (unos 10 minutos) las algas. Ponemos a hervir un litro de agua, donde incorporamos el tallo verde de la cebolleta, un champiñón troceado y una pizca de sal, y después las algas, dejando un total de 20 minutos. Pasado ese tiempo, sacamos del fuego, y añadimos la pasta miso (cantidad al gusto, según el punto que se le quiera dar); removemos bien para que quede una sopa regular, y reservaremos.



Por otro lado iremos preparando un caldo ligero de verduras y pavo. Pasamos las carcasas del pavo por sartén, y retiramos a los 10 minutos. En más o menos un litro y medio de agua hirviendo, incorporamos el puerro (reservaremos un poco para la decoración), apio (un par de tallos), la cebolleta, zanahoria (una o dos, según tamaño), las carcasas de pavo y el pimiento rojo. Un poco de sal y pimienta, y dejamos en torno a 30 minutos. Al final colaremos para quedarnos sólo con el caldo.



En ese caldo ligero nos pondremos a cocer los fideos de arroz integral, durante 2 minutos, pasando luego todo a una cazuela mayor, donde vamos a añadir espinacas frescas, una vez lavadas.


Salteamos en AOVE el pavo, en trozos grandes, junto con varios champiñones portobello (laminados) y brocoli en trozos no grandes; pizca de sal y pimienta, un poco de salsa de soja y espolvoreamos sésamo. Incorporaremos todo al caldo con los fideos.


Por último, vamos a ir añadiendo la sopa de miso poco a poco, pero sólo el caldo, y probando continuamente el punto para que no se pase de potencia. Se podría equilibrar con un poco de agua.




Remataremos con una picada de puerro fresco. Para maridar, un vino muy rico de Austria de la bodega Meinklang, y de la peculiar uva Grüner Veltliner.