Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



martes, 30 de enero de 2018

Masía de Cebrián : descansar y disfrutar, sin pensar en más




Hay oportunidades que hay que aprovechar, y la que nos puso a tiro Bikefriendly no la podíamos dejar pasar, y más en fecha de nuestro 20 aniversario. Teníamos la posibilidad de visitar durante un fin de semana uno de los hoteles asociados, muchos con unas muy buenas sensaciones de partida, de tal manera que tras cuadrar el fin de semana y la disponibilidad de los hoteles, la elección fue Masía (o Mas) de Cebrián, en la provincia de Teruel, en una de las zonas más desconocidas y bonitas de España.


Sin duda el acierto con la elección fue total. Se trata de una antigüa masía rehabilitada, aparentemente "en mitad de la nada", lo que le da una sensación de absoluto sosiego, pero a la vez cercana a varias poblaciones catalogadas entre los "Pueblos más bonitos de España", que más adelante mencionaré, dentro de la comarca de Gúdar Javalambre y lindando con el geoparque del Maestrazgo.



El hotel está certificado entre los únicos 12 establecimientos españoles con reconocimiento por la Fundación Starlight (enclave especial y baja contaminación lumínica, que permite divisar las estrellas), además del sello de calidad Bikefriendly, recomendación de turismo accesible "Equalitas Vitae" y en el directorio de hoteles con encanto "Ruralka". Pero lo mejor es la recomendación de los usuarios, que lo consideran un hotel perfecto para disfrutar de la naturaleza, la belleza del entorno, buena gastronomía y cercanía a la estación de esquí de Valdelinares. Por otro lado, la atención en el hotel, precioso en su concepto y decoración, fue exquisita, realizando un trabajo muy profesional y siempre encaminado a hacer que la estancia de los huéspedes sea de primer nivel.



Sus coquetas y bien equipadas habitaciones (sensacional la cama y las almohadas) convierten en protagonistas a los lindos pueblos de la zona, de tal manera que cada una de sus 12 habitaciones lleva el nombre de un pueblo (nosotros nos alojamos en Nogueruelas, con su terraza con vistas a la parte trasera donde encontrar una interesante terraza chill-out, perfecta para veladas tranquilas en épocas de más altas temperaturas. Se completa con una biblioteca donde relajarse frente a la chimenea, zona de spa (bajo reserva), diversas terrazas y zona de juegos, además de uno de los restaurantes de mayor nivel de la zona, donde disfrutar de unos platos realmente deliciosos, dentro de una carta muy variada y bien seleccionada, junto con un interesante carta de vinos, con mucho producto de la zona.







En las cercanías, además del esquí antes mencionada, se puede realizar visitas (guiadas si se desea) a los distintos pueblos, senderismo y ciclismo, practicar la caza o, según temporada, adentrarse en sus bosques en busca de la deliciosa trufa de la comarca o buena seta, destacando el robellón.


Me gustaría mencionar las amplias posibilidades que una provincia como Teruel tiene de cara al turismo, y que sin embargo no terminan de explotarse adecuadamente, ya que no es cuestión sólo de inversión privada en buenos alojamientos, gastronomía o diversas actividades, sino que las administraciones públicas han de concienciarse e incorporar recursos (no sólo económicos), que así lo potencie.





Para terminar, y a modo de reclamo para la zona, os dejo mención de varios de los preciosos pueblos que visitamos, y que a golpe de fotos dejan buen reflejo de lo que uno allí se va a encontrar. Puertomingalvo (con sus calles empedradas en cuesta y sus curiosos nombres de calles), al que pertenece el hotel, el pequeño Mirambel (con sus majestuosas casonas), Cantavieja (imponente desde la altura del barranco), La Iglesuela del Cid (llena de historia) y, sobre todo, el fascinante Rubielos de Mora (una delicia recorrer sus calles).






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