Por un lado, imágenes que se convierten en experiencias visuales difíciles de olvidar, con rincones sorprendentes, miradores fabulosos sobre los cañones del río Sil, tonos intensos, naturaleza que te inunda y una enorme sensación de paz.
Entre los miradores, hay que destacar el de Vilouxe, al que se llega tras dejar el coche (imprescindible para moverte por la zona) en la pequeña aldea que le da nombre, y tras caminar alrededor de un kilómetro te encuentras con dos puntos de vista del meandro, y que allí hallas.
Son muchos más a los que se puede llegar caminando más o menos, y ninguna te deja escaso de sorpresa. Cabezoas, Santiorxo, Balcones de Madrid (podría ser el más turístico y conocido) o do Castro, son algunos de ellos, con sus pasarelas de madera para tener una mejor perspectiva.
Naturaleza e historia se unen en el "Castaño Milenario", el de Entrambosríos, con un tronco enorme que requiere un buen número de personas para rodearlo. Y alrededor varios castaños centenarios y molinos (alguno de ellos rehabilitado).
Es una zona, ésta de los cañones ddel Sil en la Ribeira Sacra, con preciosos monasterios, siendo el más conocido, por ser Parador de Turismo, el de Santo Estevo.
Pero hay otros muchos por visitar como el de Santa Cristina y, por encima de todos, el de San Pedro de Rocas, posiblemente cuna del cristianismo gallego, un lugar mágico con su monasterio original enclavado en la roca, sus tumbas rupestres o la fuente de San Benito.
Varios son los pueblos de interesante visita, de estilo medieval, a veces, pequeñas aldeas con castillos o construcciones en piedra, como Castro Caldelas o Carballiño.
Y claro, no hemos de olvidarnos de las bodegas con esa viticultura heroica, y unos vinos excelentes (expresivos y minerales), donde se están recuperando uvas autóctonas, algunas casi perdidas y en recuperación, como la merenzao, brancellao o sousón.
Por último, la gastronomía no falla, ni por cantidad (raciones copiosas) ni por calidad. Qué decir de ese pulpo de Carballiño, un buen raxo, ternera rubia gallega, ricos quesos, sabrosa bica y que no falte la empanada.
En definitiva, una zona deliciosa para recorrer sin prisas, relajarse y ser feliz.









.jpg)












































