Un reciente viaje a Sevilla en familia va a dar pie a 3 entradas consecutivas sobre la capital hispalense. Las dos siguientes se centrarán en la Catedral (espectacular donde las haya) y sus lugares de buen tapeo.
En este primer post realizaré un paseo por sus gentes, sus calles, sus rincones.
Es Sevilla una ciudad con gran vida, muy ruidosa, de gente en la calle aprovechando cada momento y siempre con ganas de fiesta, tanto religiosa como pagana. Eso sí, debido a sus temperaturas, más de día en las épocas "frías" y más de noche cuando los calores aprietan. Terrazas siempre abiertas, con camareros muy dispuestos a acercarte una buena caña de cerveza muy fría o un vinito que te entone, y siempre con interesantes opciones de tapeo, eso sí, por lo general de pago, en pequeñas raciones, con precios muy razonables. Pero de todo esto ya hablaremos más adelante.
Si su casco histórico es de los más grandes de España, el casco antigüo es el mayor de las ciudades españolas y uno de los tres más grandes de Europa (junto a Venecia y Genova). Monumentos como la Catedral (y claro, la Giralda), el Alcázar o la Torre de Oro, no han de dejar de visitarse, al igual que espacios como la Plaza España (de la época de la Exposición Iberoamericana de 1929) o sus diversos y bonitos parques, como el de María Luisa o Murillo.
Un paseo en barco por el Guadalquivir (único río navegable de España, con unos 100 km. desde Sevilla hasta su desembocadura en el Atlántico) o en una calesa de caballos, no son malas alternativas para conocer la ciudad desde otro punto de vista. Y subir a las alturas de la Giralda o Las Setas (de reciente construcción) no se debe uno olvidar para poder admirar la ciudad desde las alturas.
Pero sinceramente creo que moverse a pie es siempre la mejor opción en ciudades como ésta, para no dejarse ningún rincón sin visitar. Eso sí, hay que organizarse bien para poder patear todo en condiciones (3 ó 4 días serían los recomendables).
Lo normal es que por ubicación hotelera (por cierto, merece la pena alojarse en pequeños hoteles con encanto, como La Casa del Maestro) se deba cruzar el río para llegar al barrio de Triana, y la mejor opción para ello es el Puente de Isabel II, más conocido como Puente de Triana. Allí hay rincones para visitar y callejuelas que recorrer, sin dejar de pasar por la calle Betis, donde poder reponer fuerzas con vistas al río.
Tras pasar y visitar la Torre del Oro, uno se puede dirigir hacia la plaza de toros de La Maestranza, y desde allí encaminarse hacia la Plaza Nueva y el Ayuntamiento. Aquí surgen las dudas y los múltiples itinerarios alternativos : Calle Sierpes, Plaza del Salvador, bordear Catedral (su visita merece un post completo) y Alcázar (no se ha de dejar de entrar y recorrer con calma) para acercarme hasta el Hotel Alfonso XIII y de allí hasta Plaza de España y Parque de María Luisa, con parada intermedia en los Jardines de Murillo.
Y son unos cuantos los barrios por visitar, como el de La Macarena, pero sin duda alguna, merece especial mención uno de los barrios más bonitos que he podido conocer, zona de judería que en parte puede recordar ciertas calles cordobesas, y cuyo nombre no se ha de olvidar si se pasa por Sevilla : Santa Cruz. Terrazas animosas al dejar atrás la Catedral, dan pie a callejuelas coloristas, rincones llenos de encanto y olor a flamenco y arte; hay que dedicarle un buen tiempo con calma, para poder admirar bien todo y hacer paradas variadas en sus típicas tabernas.
Podría seguir contando cosas, pero os recomiendo visitar la ciudad y disfrutarla.
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