Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



domingo, 18 de junio de 2023

#SierraGourmet : Hotel Rural - Restaurante TorreBlanca (Guadarrama). Cuando el buen trabajo se plasma en los platos.






Esa clásica construcción serrana en piedra lleva en Guadarrama muchos años, pasando de unos dueños a otros, e incluso adentrándose en lo gastronómico en distintos momentos. Pues hace 9 años dio un giro hacia la excelencia cuando se hizo cargo del hotel rural (con sus coquetas y bien equipadas 5 habitaciones, una de ellas suite, todas ellas diferentes, y donde descansar mientras escuchas cantar a los pajarillos del entorno) y del restaurante (del que queremos hablar), Paco Jiménez y su esposa; y así surge lo que hoy es Hotel Rural - Restaurante TorreBlanca.






Paco ha ido creando un equipo de gran nivel, tanto en sala como en cocina, con incorporaciones y cambios según las circunstancias y momentos. Les ha trasladado todo ese entusiasmo que exhala, pleno de vitalidad y en continúa evolución para mejorar y aprender, escuchar y aportar.



Se encuentra bien ubicado en Guadarrama, relativamente cercano al centro, pero a la vez en una zona tranquila, ya de salida hacia Los Molinos. Tras dejar el vehículo en su parking al aire libre, lo primero con lo que te topas es con una deliciosa terraza, buena alternativa para esos días y noches de agradable temperatura serrana, con posibilidad de cenar en pareja y después transformarse en una zona casi chill-out, donde disfrutar de una buena copa; además, los jueves veraniegos tienen lugar en esa ubicación, unas excelentes cenas amenizadas con música. En el acceso de entrada al edificio se monta otra zona de mesas, ya más amplias y para grupos o familias (incluso con un espacio de columpios para los más pequeños), y en la parte de atrás se completa con una terraza-grill, quizá la más informal. Ya dentro, en la planta alta se encuentran las habitaciones, y en la planta baja dos salones, con sensación de casero, donde degustar unos ricos manjares.





Encontraremos una cocina en la que confluye la tradición y la modernidad e innovación, esto es, platos completos (con la contundencia que la sierra suele exigir) no exentos de toques de cocina actual, para conseguir platos muy redondos. Interesante su carta, siempre viva y con sugerencias, donde primero hemos de fijarnos en sus entrantes, de ayer y de ahora, de los que poder disfrutar de un sensacional Arenque escabechado (con cama de algas, mango y emulsión de remolacha), para empezar y no acabar, equilibrado Ceviche de vieiras (con huevas, emulsión de cilantro y una cama de batata) y magnífico, en todo su conjunto, el Dim Sum relleno de rabo de toro (melaza de batata y su jugo). Delicioso el ajo blanco, y curiosa fórmula la del flan de salmorejo.







Un plato sencillo, aparentemente, como la Ensalada de tomate rosa (de huerta) y ventresca de atún, se hace grande cuando el producto es de primera. De entre lo relacionado con la huerta, muy ricas las alcachofas con esa salsa de bacon, que le da mucha intensisdad y pide pan. Hay alternativa de arroces, pero claro, no pude dejar de probar el que más me llamó la atención : Arroz verde de placton con camarones; gran punto del arroz, toque de mar como si buceando en el océano alguien abriera la boca.





De los pescados se pueden encontrar una particular Corvina aderezada con remolacha, naranja y espuma de ostras, imagen y sabor. Y las opciones de carne, variadas y realmente interesantes, pero he de decir que me sorprendió, en su día, especialmente el Solomillo de ciervo de crianza en su hábitat, plato maravilloso, con un gran puré y un producto base que me fascinó (ciervo de crianza en semilibertad, de Venison). Actualmente, no hay que dejar de probar las costillas de cerdo a baja temperatura, golosas y jugosas, entre otras buenas alternativas.






Con los postres siempre hay variedaad y cambios, siempre en positivo, desde una gelatina de Gin Tonic a un tiramisú de camembert o la tarta de cítricos, buenas opciones de fin de fiesta.





Hay opciones de menú degustación (entre 30 y 49 euros), así como menú diario con platos de la carta y buen precio; la bebida, normalmente aparte, salvo un copita de vino, cerveza, agua o refresco.


Rematamos contando la carta de vinos, donde encontrar unas 40 referencias bien seleccionadas, y que permite hacer buen recorrido por buena parte de España y sus D.O.





En definitiva, otra de esas grandes alternativas gastronómicas de la Sierra Noroeste Madrileña. No dejeis de pasar a conocerlo e id reservando para esta primavera y verano.

Precio por persona : Además de los menús mencionados, a la carta puedes salir entre 30 - 45 euros, en función del vino seleccionado, y el saque de los comensales.

Horario : Sólo cierra para las cenas de Domingo y los lunes.

Hotel Rural - Restaurante TorreBlanca
C/ Doctor Gómez Ruiz, 7
28440 Guadarrama (Madrid)
91.854.95.05
info@hotelruraltorreblanca.es
www.hotelruraltorreblanca.es

lunes, 12 de junio de 2023

Toscana : un viaje para disfrutar con los cinco sentidos



Estaba convencido de que recorrer la Toscana rural en coche era un acierto, y lo llevaba pensando y persiguiendo desde hace tiempo; pues realmente resultó mejor de lo imaginado y esperado. Queríamos conocer el día a día y personalidad de la zona, sus pueblos y gentes, al margen de Florencia y Pisa, ya recorridas en anterior visita.




Y así nos liamos la manta a la cabeza, la pasada Semana Santa, mi mujer y yo, y saliendo de Madrid, con un par de etapas intermedias (Tarragona y Cassis), nos plantábamos en Volterra (Toscana, Italia), nuestro punto de referencia para dormir, desplazarnos y disfrutar. Según nos aproximábamos nos invadía una sensación especial, y eso que iba cayendo la noche y no era fácil apreciar lo que al día siguiente nos iba a maravillar; y según subíamos a sus 531 metros de altura, la niebla nos envolvía y nos venían a la mente aquellas historias de vampiros, que relacionan a Los Vulturis, los más poderosos de Italia según la "leyenda", con esta población, y que, ya de noche cerrada, recorrer sus calles se apoderó de nuestras "almas" y nos congeló la sangre, a la par que fascinó.



Lo cierto es que Volterra es una población fascinante, con un encanto envolvente. Centra parte de su vida alrededor de la plaza de Los Priores, donde admirar el palacio comunal más antigüo de Toscana, y junto a la catedral; está rodeada de murallas, conserva perfectamente vestigios romanos y sus calles empedradas y con importantes cuestas son características. Con intensa vida y turismo de día, uno no debe perderse su increíble atardecer (desde varios puntos de la ciudad), para rematar la noche en calma.





Por cuestión de días (y distancias), dado que Toscana es un territorio realmente extenso, tuvimos que seleccionar rutas y visitas, centrándonos en el centro toscano. No podía faltar la "Nueva York medieval", San Gimignano, donde admirar una quinta parte de las torres que en su día miraban al cielo como muestra de poderío de cada familia nobiliaria, pero no por eso dejar de ser impresionante, tanto cuando te acercas, la recorres y te alejas. Es probablemente la más turística de las poblaciones toscanas (fuera de las ciudades "mayores"), pero se puede recorrer y conocer, sin olvidar de disfrutar de un gelato en una de sus dos catalogadas heladerías como las mejores del mundo.



No pudo faltar el agrícola Valle de Orcia, Patrimonio Mundial de la Unesco, a recorrer de Montepulciano a Montalcino, o viceversa. Territorio de excelente vino al que acompañar con su delicioso queso pecorino, uno no debe dejar de visitar Pienza, con su coqueto centro renacentista, pleno de encanto, donde a cada paso se disfruta con su estilo. Y otra recomendación, casi imprescindible, es acercarse y admirar la Abbazia di Sant'Antimo, tras recorrer desde Montalcino infinidad de viñedos para ese gran Brunello, con esa piedra travertina que en ciertos momentos del día refleja el sol e ilumina la sonrisa de los visitantes.








Toscana se recorre entre distintos tonos de verdes de sus campos y arbolado, con subidas y bajadas continuas, carreteras estrechas, viñedos por doquier y esos accesos entre cipreses a las elegantes fincas y bodegas. Es señorial e histórica, exhala encanto y elegancia, pide recorrer sin prisas.



Monterrigioni fue otro de esos puntos visitados, imponente en alto, con murallas bien reconocidas, es una población muy pequeña, encantadora, la puerta de entrada a la Edad Media. Vital de día, descansa de noche.



Si bien dejamos para futura visita el recorrido por Chianti, la "Rioja" italiana, sí dedicamos buen parte de un día a recorrer la preciosa Siena, punto final del recorrido desde Florencia. Impresionante esa plaza cóncava, sólo comprensible cuando se visita, que es la Piazza del Campo (y lo rico que nos supo aquel Aperol Spritz en una de las terrazas que la rodean); deliciosa su catedral, ese Duomo incrustado entre edificaciones; palacios e iglesias son parte de su paisaje, con personalidad propia. 








Queda pendiente la zona de costa, el sur y el este, pero eso no ha sido óbice para haber sentido con intensidad lo que es una de las zonas más destacables de la maravillosa Italia. Gastronomía y buenos restaurantes y tabernas no faltan, y es que se come bien en casi cualquier rincón; se debe llegar con la mente abierta para disfrutar de una gran variedad de vinos, con diversas uvas y estilos, que te hacen sentir un poco más el terruño; y su gente es cercana, sencilla y agradable, para hacer que te sientas a gusto.








Gracias Toscana, no dudaré en recomendar su visita y volver si me es posible.