Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



miércoles, 4 de enero de 2023

Málaga, una ciudad para vivirla y disfrutarla. Navidad malagueña ... no puedorrrrrr



Siempre es un placer visitar Málaga, una ciudad amiga, acogedora, de buen trato, la ciudad del inolvidable Chiquito de la Calzada. Pero si lo haces en Navidad, teniendo en cuenta que suele hacer buen tiempo, con esa especie de microclima que la envuelve, todo resulta más agradable.


La ciudad se engalana, y durante un mes todo el centro y aledaños es pura magia, y en ella disfrutan mayores y niños, oriundos y turistas. Efectos visuales y musicales en la Catedral al caer la tarde-noche, "La Manquita" como se la conoce coloquialmente, al no estar terminada una de las torres, combinan con las visitas durante el día, con un casi imprescindible como es la visitas a las cubiertas, y así tener una vista de la ciudad sobre los tejados. Sin embargo, la culminación, y donde todo el mundo se agolpa, para ver un espectáculo musical y de luces, es la calle (Marqués de) Larios, esa arteria comercial llena de vida y estilo, y mucha alegría en todas esas calles que a ella confluyen, con terrazas para lo gastronómico a cada paso.








Entre mercadillos y bonitos adornos, resulta impensable no darse un delicioso paseo por el Muelle Uno, admirando los barcos (de una y otra época) y La Farola (el único faro femenino), tras haber visitado el Ayuntamiento y el Banco de España, con sus jardines, y atravesado el Parque de la Alameda. Y de allí hacia la playa de La Malagueta, con su continuidad en La Caleta, Pedregalejos y El Palo, entre otras, o al otro lado la de La Misericordia, y es que Málaga capital dispone de más de 14 kilómetros de playa. 






Y claro, en esas playas uno puede descansar, pasear, bañarse, relajarse, sin olvidar que tienen unos excelentes chiringuitos a pie de arena, en los que no ha de faltar un buen espeto, que tan bien manejan por esos lares. Son varios e interesantes, pero uno de los que me resulta más agradable es el Oasis, donde disfrutamos de una comida de Diciembre a más de 20 grados y con un sol de justicia.




La Alcazaba, el Teatro Romano y el Castillo de Gibralfaro no han de olvidarse como puntos de visita casi obligada, por su historia, por sus vistas, por el ejercicio que se hace mientras se camina por sus cuestas; tampoco sus diversos y distintos museos, o el Mercado de Atarazanas, donde comprar o enredarse en su ambiente de aperitivo.







El barrio del Soho tiene ese toque moderno, con sus graffitis a diferentes tamaños y estilos que adornan los edificios, y varios locales de moda que uno no ha de perderse, con Tercer Acto, Oleo y la taberna de aperitivo perfecta (y sus casi 30 variedades de vermú), La Pechá, Málaga en estado puro.



Por El Pimpi hay que pasar (cualquier hora puede ser buena), e impregnarse de flamenco e historia de visitantes ilustres; si os gustan las ostras, no os dejará indiferentes La Medusa, junto a La Catedral; y los amantes de los vinos tienen dos excelentes opciones en Araboka y Los Patios de Beatas, todo sin salir del centro. Y hay muchos más, como los clásicos modernizados Casa Lola, El Refectorium o Los Mellizos ... la oferta es buena y amplia, sólo hay que investigar.





Vino, cerveza y vermú, buen tapeo, fritura en su punto, espetos, verduras de la Axarquía, buena carne y cuidado marisco; la gastronomía malagueña no falla ... sólo os queda visitarla, y si se termina el día desde alguna de las muchas terrazas en las azoteas de los hoteles, poco más que decir.