Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



viernes, 29 de enero de 2021

Por favor, póngame un vino. En la variedad está el gusto.



Publicaba este post hace justo 10 años, cuando arrancaba con el blog, y por ello me apetece reproducir, con algún matiz en base a mi "aprendizaje" en estos años, el mismo, y al tiempo darle un toque más moderno a la entrada. Pero también por reafirmarme en la importancia del cuidado y buen servir que ha de tener este elixir de dioses.



Escribía hace diez años : "Y el camarero te pregunta : ¿Rioja o Ribera? ... A veces, parece que en España sólo existe el vino de Rioja o de Ribera de Duero, en ciertos establecimientos, entre los que se oponen a cambiar o probar cosas nuevas. Pero yo diría : A mí también me gusta el Ribera,... sí, el Ribera de Guadiana", esos desconocidos vinos extremeños .............. y Jumilla o Utiel-Requena, vinos de Madrid, Ribera del Gállego-Cinco Villas, Valle de la Orotava,...." Bueno, a esto añadiría que, aunque sigo encontrando locales algo cerrados en su altura de miras, cada día mejora más el trabajo hostelero español en este sentido, pero sigue quedando camino por recorrer, y entre todos lo hemos de empujar.


En la variación está el disfrute; probar vinos nuevos, uvas desconocidas, terruños sin nombre, atreverse con D.O. poco tradicionales, esto es lo que hace grande al mundo enológico. Y sean vinos españoles o de otras zonas del mundo, ese atrevimiento del consumidor es clave, pero casi tan importante e imprescindible es el mayor aprendizaje en cultura vinícola por parte de esos camareros (no sólo sumilleres, que por descontado) y propietarios hosteleros, e incluso cocineros, para recomendar, aconsejar, maridar, sin miedo a lo novedoso.


No se puede (ni se debe) opinar, ni bien ni mal, sobre algo que no se conoce o no se ha probado, y mucho menos en el caso del vino. Por eso creo relevante que cuando llegamos a un local de hostelería, además de que su carta de vinos sea variada (que no implica amplia, algo complejo en estas épocas difíciles, en los que un stock elevado es costoso), se ofrezcan varios vinos, en sus distintas opciones, por copa, y que puedan variar cada semana o mes. Cada bar o restaurante en su nivel y posibilidades, pero no nos quedemos siempre en lo mismo.


Entrando en este punto del vino por copas, en charla con muchos taberneros (me encanta esta palabra), los hay que "ponen excusas", por la complejidad en el manejo de referencias, pero, muchas veces, por aquello de los gustos de los clientes. Cierto es que hay comensales y bebedores de vino, quizá los más veteranos, a los que cuesta sacarles de su zona de confort, de lo que conocen, pero si no se ofrecen cosas nuevas, se da a probar y se provocan situaciones, difícil será de cambiar esta cuestión. Luego estamos esos que nos encantan probar todo tipo de vinos, para después elegir, no por grandes conocimientos, sino por puro gusto, y es que el mejor vino para cada uno será el que más le guste.


Luego están las modas, el llevarse por lo que dicen otros, pero esto es algo que siempre ocurrirá, y no sólo en este mundo. Y lógicamente está el precio, por capacidad de compra o pura limitación que se fija cada uno, cuando lo relevante es la RCP (Relación Calidad - Precio), y esto es subjetivo de cada cual.

En cuanto a las uvas y los territorios, por ejemplo, Toro y Bierzo ya no son zonas de esos vinos rudos de hace años (muchos), las islas mejoran sus vinos (y no sólo blancos), hay más vino de autor, y cada vez se trabajan más y mejor variedades de uva : desde la tempranillo y la garnacha, pasando por la listán y la baboso negro, hasta la syrah, la cabernet, la bobal y la merlot, sin olvidar otras como la graciano, la albariño, la verdejo o las recuperadas uvas de Ribeira Sacra y otras zonas en crecimiento, o la diego en Lanzarote. Pero es que hay infinidad de variedades y múltiples zonas, tanto en España como en el exterior, donde cada vez se trabaja mejor en busca de la calidad (me viene a la cabeza la cultura del vino en el Nuevo Mundo, Hemisferio Sur, donde se trabaja más por la calidad que por la cantidad).


Si pruebas, descubres, y si descubres, encuentras lo que quizá pensabas que no podía existir o que no te llegaría a gustar y hacer disfrutar.


Por favor, no pongais límites a vuestros paladares y dad rienda suelta a nuevas sensaciones enológicas.






sábado, 23 de enero de 2021

#SierraGourmet : Restaurante Caldea, inteligente gestión familiar en Rascafría



Hacía un tiempo que no hablaba de nuevos restaurantes #SierraGourmet , y es que de un tiempo a esta parte, además de la dificultad de movilidad en los tiempos actuales, han de corresponder con nuevas aperturas, descubrimientos de locales menos conocidos o esos buenos restaurantes que estaban pendientes de visita. Pues bien, el caso de
Caldea es más bien de la tercera situación.

Y son distintos los motivos por los que merecen estar en esta sección, pero sin duda el hecho del buen trabajo que Carmen y su familia realizan, es más que suficiente.

Darse un paseo hasta Rascafría siempre es un placer, para visitar el entorno y el propio pueblo, así que la ubicación de este restaurante es privilegiada, en este sentido.


Precioso local en piedra, muy al estilo de la zona, con su pequeña y agradable terraza a pie de calle (la carretera de entrada al centro del pueblo), y un interior en estructura de madera con una interesante (diría que barroca de alguna manera) composición, donde parte de lo que ves se encuentra a la venta. Aquí se nota la mano de Carmen, y sus años dedicados al mundo de la decoración. En la planta baja, zona de barra (temporalmente en desuso, claro), con un salón y mesas altas, y sus chimeneas para sentirte como en casa; arriba, otro salón, donde poder hacer reuniones de todo tipo (cuando las circunstancias lo permitan).



Dos aspectos no he de dejar de destacar, y uno es la cercana atención, pero nunca agobiante, que te hace estar muy cómodo, y otro es el extremo cuidado de los espacios en estos tiempos de pandemia, que esperemos superar lo antes posible. En sala, Carmen y sus hijos, para servir lo que el cabeza de familia elabora con su equipo en cocina.


Varios opciones cerveceras y de vermú para el aperitivo, que dan paso a una excelente y equilibrada carta de vinos, donde el recorrido por distintas zonas (sin olvidar nunca Madrid) está presente.


Una carta básica y continuas sugerencias del día, pero lo mejor, sin duda, es dejarse aconsejar. Ricos bombones de morcilla con manzana, a modo de explosivo arranque. Dentro de las sugerencias puedes encontrar alternativas de pan bao, con un toque crujiente.



Ya clásica su ensalada "Cucurbita Pepo", con notas frescas, pero con intensidad en boca. Y normalmente antes de entrar en los principales, un sorbete para cambiar la visión del paladar.


De los platos contundentes, mejor optar por las carnes, con opciones en carrillera, lechales y carne de caza, siempre planteadas con guarniciones y purés bien concebidos.


Y para equilibra, en los postres yo recomiendo los helados de "Carmen", en los que han conseguido una textura sensacional.


Sin duda, una muy buena opción serrana, y que sólo queda que la probeis y disfruteis.


Restaurante CALDEA

Avda. El Paular, 37

28740 Rascafría (Madrid)

918690032

www.restaurantecaldea.com




miércoles, 13 de enero de 2021

Crema de calabaza y zanahoria : toca combatir el frío



Han sido, son y van a ser, días de mucho frío (más que otros años, pero en definitiva como ocurre todos los años en Invierno). Y resulta muy importante combatirlo adecuadamente con la cocina, y hay recetas perfectas y muy económicas, además de sencillas. La de hoy (retomando una publicación que hice en 2012) es de las mejores.



Por otro lado, la fórmula de la crema es una de las más adecuadas para conseguir que todos en casa coman verduras. De ahí que una natural crema de calabacín, puerro o, como en este caso, calabaza y zanahoria, sea una interesante solución como primer plato.

Y es que la calabaza, esa cenicienta de las verduras y hortalizas, tiene enormes beneficios para la salud, con infinidad de vitaminas y minerales, y pocas calorías, pero mucha fibra e hidratos de carbono; y la zanahoria no le va a la zaga. Y para combatir el frío, una crema, bien calentita, es perfecta.


INGREDIENTES

Calabaza de invierno (medio kilo, ya limpio).
2 - 3 zanahorias, según tamaño.
Una chalota.
Un puerro grande.
Un par de calçots (opcional).
Aceite de oliva virgen extra (AOVE). Si es picual, perfecto.
Sal azul de Persia.
Pimienta de Jamaica (u otra, que no sea picante).
Albahaca y hierbabuena (mejor frescas, y si no, en polvo).
Medio vaso de ron palmero (u otro), en este caso Aldea Reserva 10 años.
Agua (no más de medio litro).

RECETA

Arrancamos horneando ligeramente, tras trocear y salpimentar, la calabaza y zanahorias (quedará más rico), a unos 160ºC durante unos 15 - 20 minutos (hasta que queden ligeramente asadas), en horno previamente precalentado. Reservamos.




En una cazuela, con un poco de AOVE, vamos a pochar la chalota picada, para después añadir y rehogar el puerro y los calçots, troceados pequeños.




Troceamos la calabaza y zanahorias, para incorporar y rehogar levemente, ya con un toque de sal azul de Persia, pimienta de Jamaica, albahaca y hierbabuena; por último, medio vaso de ron palmero (Reserva 10 años Aldea), que dejamos reducir (con un golpe fuerte de calor) y que evapore todo el alcohol.


Añadimos el agua, que no ha de cubrir, y ponemos a hervir unos pocos minutos (realmente ya está todo cocinado), para que coja bien la sustancia, y quede todo ligado; es importante que todo quede bien blando. Pasamos por la batidora y rectificamos de sal, si fuera preciso, y a emplatar, con un chorrito de buen AOVE y un espolvoreado de hierbabuena.


Y si me lo permitís, creo que podría quedar perfecto un buen vino rosado canario...al hilo del Ron de la isla de La Palma.