Dabbawala significa "el que lleva una caja"; y de forma concreta, en Bombay, se trata de personas que transportan comida, como medio de vida, al servicio de otros más adinerados. Pues en Madrid podemos transportarnos a través de los platos de Luca Rodi, como si llegaran embalados, a un mundo de sensaciones por medio del producto de calidad y la acertada elaboración.
Hacía tiempo que me apetecía conocer este establecimiento, con una particular y distendida decoración, y una agradable música de fondo, del que ya conocía a su hermano menor, en la planta de abajo, db Underground. Y es probable que el paso de Luca por el televisivo Top Chef me diera el empujón definitivo para encontrar un hueco y acercarme un día entre semana.
El servicio realmente bueno, muy atento y preparado. Carta de vinos bastante completa y divertida, con variedad y buen gusto, a un precio correcto; se completa con una selección de cervezas, en la que quizá eché en falta alguna más nacional e, incluso, madrileña. Nos decantamos por un 12 Volts 2013, entendiendo que este mallorquín podía mantener un buen equilibrio con los distintos platos que pensábamos probar.
Tras una ligera y rica crema de alcachofas de aperitivo, nos lanzamos a la selección de varios platos de la carta, en lo que sería una degustación elegida. Aprovechando la temporada, empezamos por un delicioso plato de alcachofas, con ortiguillas, erizo y nabo ibérico, un plato de tierra y mar en perfecta sincronía; un gran comienzo.
Sin duda, sensacional el guiso de verdinas con paloma torcaz, un maravilloso descubrimiento en forma de sugerencia del día, y que yo recomendaría que se establecería como plato fijo de la carta. El punto del ave magistral, y nunca pensé que un guiso de este tipo le pudiera ir tan bien a las verdinas, habitualmente compañeras de pescados y mariscos.
Continuamos con un salmonete, fuera de la habitual elaboración de carta con pochas y piparras, en este caso muy bien flanqueado de unas sabrosas escupiñas. Plato bien rematado.
El remate antes del postre, junto con las verdinas, fue probablemente el plato que más admiración me creó, gracias a la perfecta creación y acertado punto de cocinado. Fabuloso lomo de venado, calabaza, coliflor y sésamo, otro acierto de cocina equilibrada y bien pensada.
No podíamos dejar de probar algún postre, para terminar de medir esa cocina que nos estaba dejando altamente satisfechos, así que nos lanzamos a disfrutar una tarta fina de manzana en su punto y un fabuloso bizcocho de zanahoria con jengibre sobre crema de chocolate blanco.
La relación calidad-precio la considero adecuada, sin grandes sorpresas.
En definitiva, la elección no defraudó, como casi de antemano pensaba que ocurriría, y dado que dejé unos cuantos platos en la retina, creo que la probabilidad de repetir queda en el aire. Recomendable con letras mayúsculas.
Dabbawala
El Españoleto, 10
28010 Madrid
91 593 22 78
www.dabbawala.es
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