Recogiendo guiños orientales y de estilo marroquí, vamos con una receta muy completa, sabrosa y altamente saludable. Además, elaboración bastante sencilla, pero en la que hemos de poner mucho cariño.
Admite cambiar la proteina (pollo) por conejo o cordero, así como las verduras (añadiendo o sustituyendo). También se puede jugar con las especias y plantas aromáticas.
INGREDIENTES (4 personas)
Garbanzo de tamaño pequeño (unos 200 gramos en seco). Mi opción, Pedrosillano.
Caldo de cocido, pollo o verduras y carne. Si no lo queremos preparar, la alternativa de Aneto es perfecta, por ejemplo de cocido. Medio litro.
Agua.
Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE).
Sal marina y rosa de Himalaya (mezcladas).
Pimienta blanca y mezcla de pimientas.
Sémola de trigo (podemos hacer de más, y usar al día siguiente con otro plato).
Mantequilla.
Orégano salvaje en polvo.
Una zanahoria.
Medio pimiento italiano y medio de Palermo.
Un trozo de cebolleta.
RECETA
Arrancaremos con los garbanzos, tras unas horas en remojo, a primera hora de la mañana (precisaremos unas 3 horas). En caldo, con algo de sal y pimienta, toque de garam masala y un poco de orégano, ponemos los garbanzos a fuego medio-bajo.
Tras un par de horas, aproximadamente, nos ponemos con el resto, empezando por el cous-cous. Unos trozos de mantequilla, algo del caldo de los garbanzos y un poco de agua; sal y pimienta blanca; ramita de romero fresco. Se añade la sémola de trigo y dejamos a fuego bajo, y si hiciera falta líquido, un poco más de caldo. Lo mejor es hacerlo por anticipado, que rematamos espolvoreando algo de tomillo fresco, y dejar que enfríe para el momento de la comida.
Mientras, habremos preparado la verdura, picando en tamaño no grande y distintas formas. Por otro lado, cortamos el pollo y lo salpimentamos.
En sartén grande (o wok) vamos a sellar el pollo en un poco de mantequilla, para reservar, con un poco de garam masala. Añadiendo un poco de AOVE, y dejando algún trozo de hueso del pollo, en esa sartén salteamos la verdura (toda a la vez, que nos dará distintos puntos de crujiente y cocción), y aromatizamos (además de sal y pimienta) con garam masala, unas hojas de albahaca, una rama de romero y tomillo. En breve retiramos esos huesos, que incorporamos a la cocción final de los garbanzos.
Será también el momento de incorporar el pollo, para que se dore ligeramente (trabajaremos a fuego medio), y cuando esté prácticamente hecho, añadimos los garbanzos (en la cantidad que veamos apropiada, según gustos) con un poco del caldo y unas hojas de hierbabuena, para rematar la elaboración. Corregimos de sal, si fuera preciso.
Presentamos el cous-cous por un lado y el pollo con el resto por otro, coronando con algo de hierbabuena y albahaca, para que cada uno se sirva al gusto.
A la hora de emplatar de forma individual, base de cous-cous y encima todo lo demás. Y sólo queda saborear con calma y, como siempre, disfrutar.
1 comentario:
Muy buen aporte.
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