Aquí os dejo una muy fácil receta, a la par que jugosa para vuestros paladares. Arrancamos con una cama de tomates (de los de mis matas), con unas hojas de albahaca (también recien cogida, de mi zona de plantas aromáticas) y sal en escamas.
Añadimos un poco de remolacha en rodajas y unas alcaparras. Por otro lado, en una sartén sin aceite, doramos el queso de cabra (en este caso utilicé el típico queso de aperitivo portugués), que colocaremos encima, y mientras picaremos una bolita de pimienta de Jamaica para espolvorear.
Rematamos con un poco de hierbabuena y trufa picada, y un toque final de aceite de oliva virgen extra.
Al terminar me paré a pensar en el caldo que lo acompañase, y aunque quizá no fuera el más apropiado, mi elección fue un Habla Nº 8 Syrah, con interesantes toques de cuero y menta, que realmente se acopló muy bien con el plato.