Extremadura en Galicia : EL SABOR EXTREMEÑO

Por motivos de trabajo, de unos años para acá frecuento bastante Galicia, y más en concreto Coruña. Y son ya varios los restaurantes que he visitado, tanto en la propia capital como en las afueras, que me han parecido interesantes : clásicos de A Coruña como La Penela  o modernos como A Mundiña (en el centro de Coruña y en el Polígono A Grela), además de distintas vinotecas como Comarea, cerca del AC Coruña, donde suelo alojarme; pero últimamente, y gracias a algunos de mis clientes, he encontrado algún otro de interés, buena calidad-precio y estilo curioso, como ADEGA O BEBEDEIRO (gracias Ramón, buena selección).

Y ayer tocó uno de esos nuevos descubrimientos, esta vez gracias a otro de esos clientes con buena sintonía, Miguel Teijeiro. En parte por cierta casualidad, al estar cerrado por descanso otro local, nos plantamos en Sada, y fuimos a EL SABOR EXTREMEÑO, ubicado en una casa de principios del siglo pasado, en dos plantas y con distintos ambientes..

Allí nos recibió cordialmente su dueño, Bernardo (con su mujer Mercedes en los fogones), que enseguida nos invitó a adentrarnos en una carta con claras reminiscencias extremeñas.

Empecé eligiendo el vino, en una fabulosa carta de caldos basada en la tierra de Pizarro y Hernán Cortés; opté por un Vademecum Syrah, con excepcional precio y gusto a Ribera de Guadiana.

Además de unos aperitivos, Bernardo nos obsequió, por cuenta de la casa, con uno de sus platos típicos : torta del casar fundida con aceite de oliva, pimentón y tomillo (incluso, traída esta especia desde Extremadura). Para untar, muy rico.

Al centro, optamos por Bacalao en ensalada, preparado de forma curiosa, con patata frita en rodajas y pimientos. Recomendable, por diferente.



Aunque había varias e interesantes opciones de carnes, con especial atención al solomillo de retinto o las opciones de ibéricos (presa, secreto,...), dado que había que trabajar por la tarde, nos decidimos por algo un poco más ligero : Huevos a la extremeña, combinación sencilla, pero sabrosa.

Desengrasé un poco con un helado de dulce de leche, para después probar un poco de licor café casero, invitación de la casa, junto con un café.


Realmente comida muy agradable, y en un nivel de precio, comiendo a la carta, más que razonable.



Allí mismo hay opción de comprar productos extremeños típicos......y como fin de fiesta, al despedirnos de Bernardo y agradecerle la atención, nos enseñó la parte de arriba, donde tiene una serie de salones independientes donde poder organizar comidas de amigos, empresa,...., decorados de forma realmente acogedora.