Seguimos con temperaturas elevadas, lo cual nos lleva a agradecer, y mucho, los platos frescos, ligeros. En su momento ya publiqué una sopa (o crema) fría de melón, con un toque lácteo, por medio de un poco de nata. Pero la que más me gusta, por textura y frescor, es la que os voy a presentar ahora. Elaboraciones frescas para el verano, y muy sencillas de realizar. Vamos a ello...
INGREDIENTES
Medio melón (piel de sapo). Aquí la elección dependerá del gusto, del punto de dulzor que se busque, así como intensidad de sabor.
Hierbabuena fresca (para esto mi huerto casero es imprescindible).
Sal ahumada en escamas.
Aroma de trufa.
Aroma de trufa.
Pimienta blanca, recién molida.
Para adornar :
Virutas de paleta ibérica (mejor de bellota, claro).
Unas bolitas del propio melón.
Hojas de hierbabuena.
RECETA
La elaboración, realmente fácil. El melón y la pera en trozos, a la batidora; salpimentamos ligeramente. Chorro de AOVE y un poco de vinagre, que podremos rectificar al final si falta. Unas gotas de aroma de trufa y la hierbabuena picada.
Buscamos una textura razonablemente fina, pero que en boca nos deje sentir el melón, por lo que no lo colaremos.
Dejamos enfriar en la nevera, al menos un par de horas.
A la hora de emplatar, prefiero que sea en un plato hondo, más que un bol (pero esto queda a gusto del cocinero). Colocamos unas bolitas de melón, virutas de ibérico y remate con hojas de hierbabuena.
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