Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



martes, 23 de febrero de 2021

Un poco de mixología vermutera : Mi vermú "deluxe" y un poco de historia



Lo cierto es que a veces un buen vermú (o vermouth, como acepción francesa, o vermut, la otra acepción de la RAE) no requiere grandes complicaciones y basta con aportarle frío (si no lo tiene ya) y una aromatización cítrica. No deja de ser una destilación o maceración de uva (vino) con diversos botánicos (hierbas y especias que le aportan particularidad); ya en tiempos de Hipócrates se hablaba de sumergir flores de ajenjo en vino (wermut en alemán significa ajenjo, y no es por casualidad), y él mismo lo puso en práctica; después se utilizó almendra, miel o canela, y ya por la Edad Media se escuchaban términos como vino hipocrático.

Monjes, alquimistas y doctores / farmacéuticos potenciaron este arte durante los años y siglos siguientes, para llegar a lo que se conoce como vermú moderno, allá en 1786 en Italia, en concreto en Turín (tienda de vinos de Antonio Benedetto). Las primeras marcas españolas datan de finales del siglo XIX (os sonarán las actuales Perucchi o Yzaguirre).



Destaca el vermú por ese toque amargo tan particular, al que equilibrar con buen número de distintas hierbas y especias, dentro de la fórmula magistral de cada marca. En diversas ciudades españolas fue clásica bebida de aperitivo, y recuerdo siendo un niño aquellos grifos de tasca en Madrid; por suerte, hace unos pocos años ha resurgido con fuerza, y son distintas las localidades donde hay rutas vermuteras como Madrid, Burgos, Vitoria y otras tantas, donde esa gran costumbre nacional en España del aperitivo es algo sagrado, y muy del pueblo.

Siempre me ha gustado, al igual que a mi mujer, pero ahora me apasiona, y me fascina probar diferentes, con múltiples matices que los distinguen, e incluso distintas formas de servir. Pues bien, aquí vamos con el apartado mixológico (hay buen número de cócteles al respecto), y una de las elaboraciones que considero realmente equilibrada, y sin apenas complejidad. Eso sí, tiene cierto punto lujoso por el uso de dos cítricos singulares, como la Mano de Buda y el Kumquat, con intenso aroma en su piel.

Esta combinación no lleva un único vermú, sino que consiste en la mezcla de dos de primera categoría, como el rojo de la marca Cornicabra (especialistas en productos artesanos de alta gama) y el blanco Premium de Astobiza (de uva hondarribi zuri, la del txakoli).




Usamos vaso de boca ancha (me valdría también copa bajo mismo criterio). Vamos a rallar mano de Buda como base de aroma, una uva congelada y un gajo congelado de naranja, y unas cuantas gotas de angostura. Dejamos durante un par de minutos que macere el vermú, a razón de 12 cl. del rojo y 8 cl. del blanco.




Un par de buenas piedras de hielo, y de remate una "gilda" especial, con aceitunas, piparra y kumquat.



Si acabamos de montar el aperitivo con unos buenos mejillones gallegos y unas anchoas 00 de Santoña, veréis que el nivel es de primera, es "deluxe".





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