Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



notas sobre buenos vinos (de aquí y de allá), Gin Tonics, interesantes hospedajes,



opciones de hostelería y lugares para visitar........con sus enlaces y



lo que todos querais opinar y aportar.........



lunes, 1 de abril de 2024

BURDEOS ... mucho para disfrutar



Seguramente, uno de los destinos más interesantes de nuestra vecina Francia. A dos horas en tren de París, buen aeropuerto y fácil opción de desplazamiento en coche, cada vez resulta más turística. Barrios históricos restaurados, excelente iluminación en sus monumentos y muelles, mucha animación con buena oferta gastronómica, son algunos de los alicientes de esta ciudad declarada Patrimonio Mundial por la Unesco.


Su fenomenal río Garona deja dos márgenes relativamente diferenciados, con la zona "vieja" a un lado (la margen izquierda), y enfrente la remozada zona de La Bastida, tras cruzar el puente de piedra. No obstante, resulta sustancialmente más interesante la zona histórica (en la que principalmente me voy a centrar), con fabulosas zonas para pasear, fotografiar, detenerse y disfrutar, o sencillamente vivir el momento.


Dependiendo del tiempo de estancia que cada uno disponga, las posibilidades varían, pero voy a mencionar lo que creo que en un par de días (o quizá 3) nadie debe perderse, siempre bajo un concepto de disfrute tranquilo, relajado, que debe ser la base de un viaje bien aprovechado.


Es de obligada visita, y punto de paso del Camino de Santiago, la Catedral de Saint-André, una joya gótica con dos imponentes torres de final cincelado y unos órganos excepcionales en su interior, junto a su campanario, erigido por separado, y que se conoce como la Torre de Pey-Berland. Una zona con mucho encanto, en dirección al río, es el Barrio de la Grosse Cloche, monumento en si mismo; compras de distintos tipos, y agradables cafés y tabernas, en esta animada zona.





No puede faltar un buen número de fotos (de día y de noche, con una u otra orientación) en el asombroso Espejo del Agua, en la Place de la Bourse, y desde allí, bordeando el río, acercarse hasta la bonita Porte Cailhau. A la espalda de la espectacular Place de la Bourse hay que adentrarse en esas maravillosas callejuelas, llenas de vida y encanto, desembocando en la Place du Parlement.




Admirar una de las mayores plazas de Europa debe estar en el itinerario, y por ello es digno de dedicar un buen rato al Monumento a los Girondinos en la Explanada de los Quinconces. Y ya en esa zona, no es mal plan un poco de naturaleza y relax en el Jardin Public, con su jardín botánico, para desde allí desembocar en la Basílica de Saint-Seurin.





No lejos del citado jardín, encontraremos el CAPC, un antiguo almacén (junto al río) convertido en centro de arte, desde donde uno puede dirigirse hacia la impresionante construcción dedicada al mundo del vino, Cité du Vin, tras atravesar el barrio de Chartrons, con su remozado ambiente bohemio y sus múltiples locales de ocio. Y todo se mezcla con una arquitectura muy definida, muy de la ciudad, entre romántica, con una hermosa decadencia en sus edificios residenciales, los cuales pueden esconder hermosos jardines en el mismo centro de la ciudad, como el que recientemente hemos disfrutado.




Si se tiene la fortuna de pasar un domingo soleado en Burdeos, el almuerzo debe ser en Marché des Quais, un mercado ecológico y de Km. cero, donde se pueden comprar verduras, quesos y dulces, y degustar unas excelentes ostras y unos buenos quesos, de productores cercanos, con un rico vino blanco.



Zona de cruce de culturas la de La Victoire y Los Capuchinos, y ya de visita por allí, un paseo por Saint-Michel (al igual que la catedral, con campanario, en forma de aguja, separado) y Sainte-Croix merece la pena, con ese toque vanguardista y animado que lo rodea.



Por último, una rápida mención a la margen derecha del río, donde acercarse al Centro de ocio Darwin (con diversas actvidades) o relajarse junto al río en sus distintos locales de estilo "bio".





Y tras recorrer cada rincón de la linda Burdeos, con sus oportunas paradas a visitar tiendas diversas (que no falte un canelé de Baillardran), no puede faltar una mención a sus tascas, restaurantes y cafeterías. Cada zona de las mencionadas tiene sus alternativas, y muchas buenas, con lo que muchas de las paradas pueden ser casuales y en función del momento horario del día.




Si se quiere buen pescado y marisco, en un ambiente animado tipo bistró, no falla el ya clásico Le Petit Commerce, donde el menú cambia a diario, en función de lo que llega a sus mostradores a pie de calle. Y para ostras, anotad : a buen precio Chez Jean-Mi en el mercado de Los Capuchinos, la opción divertida e informal de Les Chantiers de la Garonne (en el margen derecho del río) o Le Cabanon Marin.






Son muchos los bares de vinos, donde disfrutar del buen producto de la zona, y entre ellos os dejo algunas menciones, como Le Bar à Vin, dentro de su modernidad, un "clásico" en el centro, The Wine Bar (acompañado de un picoteo elegante), Julo en Saint-Michel, Chez Tonino (no lejos del Jardin Público), combinando vinos y cocina de la zona, Voilá! (vinos del mundo en pleno centro bordelés) o Latitude 20 en Cité du Vin. Y para acompañar buena diversidad de vinos (por copas o con descorche) con excelentes quesos,  me gusta mucho Baud et Millet, y entrar en esa cava que te alegra el día; por último, una tienda que no puede faltar al buen aficionado enológico : Badie (L'Intendant se encuentra temporalmente cerrado en estos momentos).










Hay restaurantes de lujo (como Le Chapon fin o Soléna, algo apartado del centro), de cocina regional tipo Le Bistro du Sommelier, Chez Dupont (para sentirse como en casa) y Le Bouchon Bordelais (con encanto y notas de vanguardia) y de buena RCP, al estilo La Tupina, Racines y Miles Restaurant. Y mucho más, ya que la variedad y buen nivel no escasea.







En definitiva, si no se disfruta en Burdeos es porque no se entiende la cultura del viaje como un arte para tener #PuraVida y ganas de experiencias. Recomendable, por descontado, y hay mucho más que dejo al antojo del caminar.