Hay días que te levantas en cocinero, y ante la elaboración de un plato más o menos sencillo y tradicional, decides darle una vuelta de tuerca al asunto.
Tenía unos guisantes ecológicos, adquiridos días antes en
Carrefour (del que he de decir que últimamente me está sorprendiendo de una forma más que agradable en lo culinario/gastronómico), y ante los habituales con jamón (siempre ricos), recordé que tenía una latita de rilletes de pato que podían dar juego.
Y allí estaba pochando un poco de puerro (como alternativa suave a la cebolla); enseguida, los guisantes a rehogar, con un poco de sal de Himalaya y mantequilla. Chorrito de buen vinagre
Forvm de Chardonnay (cada vez uso más vinagre al cocinar, en vez de vino), junto con romero y tomillo frescos.
Tras conjugar bien todo, sólo faltaban los rilletes y terminar de ligar todo, rectificando de sal al final, quedando con aspecto realmente jugoso.
El plato lo rematé al emplatar con un chorrito de aceite de oliva de trufa blanca, que le dio un gusto final muy particular.
Y ante este pequeño lujo, había que coronarlo con un vino a la altura :
Kanonkop Pinotage 2002, un vino casi de coleccionista.
3 comentarios:
Ese vinito me lo tenias escondido, ladron...
No era mío. Fue una casualidad.
Ayer, estando en la tienda de Jose, llegó una clienta de Málaga, expresamente a comprar a vino (y darse un rulo por estos lares; comió en La Sopa Boba (yo le hice la reserva)), y en esto de probar vinos diferentes, Jose se acordó que tenía esta botella, en plan de colección-adorno. La abrimos y tomamos una copa, pero como era ya tarde (más de las 2), y lo había decantado, me dijo Jose que me lo llevase a casa para no desaprovecharlo........y dicho y hecho : una alegría para nuestro cuerpo........
todo un detalle del señor Meddis...
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