La mesa bien dispuesta, y todos preparados para disfrutar de los platos que nos iba a preparar de nuevo Enrique Macía, acompañado de los vinos de José Blas (Meddis). Ante esta situación, la expectación era total, y el resultado no podía ser otro que el visto y percibido.
Arrancamos con unos deliciosos medallones de solomillo ibérico con costra de almendras y salsa romescu, que se acopló perfecta; de caldo, y como gran acierto de maridaje, el Vertice 2005 chileno de Viña Ventisquero, sensacional ensamblaje de uvas (Syrah y Carmènere) a través de dos enólogos en la distancia, y quizá los máximos exponentes de ambas (el australiano Duval, el hombre del Penfolds, y el chileno Felipe Tosso).
Un Waterford Chardonnay 2008 sudafricano fue el elegido para acompañar el Tartar de pato salvaje, en esta ocasión con un toque diferente al que en un par de ocasiones me había dado a probar Enrique. Por descontado gustó, pero he de decir que en las otras ocasiones estuvo más a mi gusto (con la carne, siempre cortada en mano, en trozos algo mayores).
Y había que acabar con algo contundente : Tacos de jabalí con salsa de chocolate. El vino, de la casa : Robatié Vendimia Seleccionada 2007. Poderío para el final, antes de meternos en los postres.
El postre fue repetición de la anterior cata-maridaje : Frutas del bosque salteadas con mantequilla a la pimienta acompañado de helado de yoghurt, junto con un Avondale Reserva Muscat Rouge 2007 de Sudáfrica.
Y para rematar, como en otras ocasiones, y casi por votación popular, no tuve más remedio que preparar un Gin Tonic a los asistentes; por cierto, en un numero por encima de 20, e incluso quedándose gente fuera al completarse el aforo.
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