Mi primera referencia de esta bodega chilena de nuevo cuño data de hace más de dos años, a través del Grupo Meddis, y en una amena cata con Felipe Tosso, enólogo de la bodega y experto en carmenere.
Pues bien, hace unos días, y de nuevo de la mano de Meddis, tuve la fortuna de ser invitado a una cata profesional dirigida por Hugo Salvestrini, manager de la sección de caldos premium de la bodega. Y de nuevo, una gran experiencia.
Allí me personé en el lugar de la cata, el Restaurante Vinoteca García de la Navarra, a la espalda del madrileño Edificio de Correos, en la calle Montalbán, un local de excelso trato al vino, con una extensísima carta de vinos, bien trabajada y seleccionada, y que más adelante merecerá una entrada en este blog. Entre los asistentes, diversos catadores (destacando el mítico Jesús Flores, cofundador de la Unión Española de Catadores) y varios sumilleres de buenos restaurantes de la capital, como Kabuki, Ten con Ten, El Paraguas o Albora.
Viña Ventisquero es la primera bodega del Nuevo Mundo en estar presente en los catalogados como 5 mejores restaurantes de la actualidad (Celler de Can Roca, Noma, Osteria Francescana, Mugaritz y Eleven Madison Park). Casi todos sus viñedos se encuentran a nivel del mar, todavía muy jóvenes (unos 13 años de vida) y dando como resultado una interesante combinación de uva madura con alta acidez natural; normalmente no más de 12 meses en barrica, sin aparecer pronunciada y graduaciones de sus tintos en torno a 14º.
Tras un serie de explicaciones y aclaraciones sobre Chile, sus uvas y conceptos vitivinícolas, Hugo arrancó con la cata :
QUEULAT CARMENERE 2011, vino más de producción que de calidad premium como el resto, pero sí de único viñedo. Elevado toque especiado, muy apropiado para currys o maridajes picantes.
Con el GREY PINOT NOIR 2011 nos adentramos en los vinos de Single Block (mejores uvas de un viñedo, seleccionadas tras cosecha manual). Recientemente elegido mejor Pinot Noir chileno, se trata de un vino con estilo femenino, algo ligero en boca y antesala de los Premium que probaríamos a continuación.
Saltamos a otro Pinot Noir, mucho más contundente y expresivo. 6.000 botellas de vino de alta calidad y con posibilidad de guarda como el HERU 2009, cuyo nombre se debe a un duende guardián de minas de oro, y ahora guardián de este otro tipo de bien de valor.
Con el GREY MERLOT 2009 pudimos catar uno de los pocos Merlot chilenos de nivel, ya que cada vez se va trabajando menos esta uva en la zona, dada su alta deshidratación.
De ahí, saltamos a un vino que tras catarlo con Felipe Tosso, percibí una excelente evolución : VERTICE 2008. Se trata de un vino sin filtrados, como el siguiente, que combina las manos expertas de Felipe en la carmenere, que da toques especiados en nariz, con la habilidad y conocimientos del enólogo asesor, y gran experto en syrah, John Duval (ex de Penfolds), que da esa potencia en boca. 12.000 botellas de un vino para carnes grasas y con unos 10 años de guarda. El nombre se basa en esa conjunción, confluencia de ideas y conocimientos de Chile y Australia, de Felipe y John, de syrah y carmenere.
En sexto lugar nos adentramos en uno de mis syrah favoritos (al menos entre los catados en mi vida, claro), PANGEA 2008. También con las manos de John Duval detrás, hablamos de un vino elegante a la vez que poderoso, que puedes masticar y que te llena toda la boca de sabor y matices. 6.000 botellas de un magnífico vino, que cada vez que lo pruebo me gusta más. 14,5º que no se notan en exceso, por su buen trabajo en bodega y esa elaboración cuidada. Surgió cierto debate con el nombre, que como algunos sabreis deriva de ese Super Continente que existía antes de su separación en los actuales.
Y finalizamos con un vino nuevo de la bodega, en su primera añada, ENCLAVE 2010. El único trabajado con uvas en altura (a 1.000 metros), se trata de un coupage de cabernet sauvignon (85%), carmenere, cabernet franc y petit verdot, todavía joven, aunque denotando un estilo y categoría interesante Muy elegante y relativamente carnoso. 7.500 botellas que pueden dar importantes alegrías.
En definitiva, ya seguía de cerca a esta bodega, y a partir de ahora estaré un poco más atento, si cabe. Agradecer la invitación a Grupo Meddis, a Hugo Salvestrini su buena y entretenida dirección de cata, y a García de la Navarra su buen trabajo y trato con los vinos (en perfecta temperatura de servicio).
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