Soy un habitual de la capital leonesa, principalmente por motivos de trabajo, y siempre que me toca dormir allí procuro buscar un nuevo rincón gastronómico, uno de esos espacios diferentes.
Lo cierto es que Leon está evolucionando hacia una ciudad (pequeña y acogedora), donde se conjuga lo clásico con lo novedoso y moderno. Pues bien, en mi última estancia allí, y dado que la anterior vez no me fue posible conocerlo, al coincidir con su día de cierre, me acerqué por Clandestino Gastrobar.
Ubicado junto a la calle Ancha, que culmina en la Catedral leonesa, y justo enfrente de uno de los de siempre, el Camarote, tiene una perfecta situación para visitantes y autóctonos, a caballo entre el Barrio Húmedo y el Romántico, si bien pertenece a este último.
Pues bien, allí me personé, sorprendiéndome de entrada una decoración muy herbal, modernista y con un toque cosmopolita. Y las cosas de las redes sociales : Una mención de mi presencia allí hizo que desde otro local del grupo, La Trastienda del 13 (de la que ya os hablé en su día), se acercase Samuel, su maitre y encargado, para saludarme, y a la vez presentarme a Javier del Blanco, chef de Clandestino. Lo que iba a ser un frugal tapeo de cena se convirtió en una interesante experiencia a través de la cocina de Javier, un joven leonés con amplia experiencia en otras cocinas, destacando su estancia junto a Joseán Alija en Nerua, el magnífico restaurante del Guggenheim bilbaíno.
A base de medias raciones, y acompañado con maridajes seleccionados por el propio Javier, pude percibir la mano de una cocina cuidada, de buen producto seleccionado y una modernidad bien concebida.
Fresco y lleno de matices el Tiradito de pez mantequilla, aceite de café, fruta de la pasión y granada, bien continuado por un Carpaccio de langostinos, fuera de carta.
De enorme calidad y sabor, un Rulo de Foie sobre crumble de pistacho con aceituna negra, y crema de orejones con manzana.
Haber recibido unos Perrechicos ese día y disfrutarlos, con una sencilla elaboración, un verdadero disfrute.
Realmente especial la Corvina asada con risotto de plancton y vieira.....puro mar.
Y para rematar, dos postres bien dispuestos, arrancando con un trampantojo, Falsa mandarina y coco helado, a modo de prepostre tipo sorbete, y finalizando con un Sobao de tomillo y lichi, manzana reineta a baja temperatura al romero, ganache de chocolate blanco y queso de valdeón con orégano.
Y como antes mencionaba, todo bien regado, desde Rias Baixas hasta Rueda (con un verdejo peculiar), pasando por una cerveza leonesa, plena de cuerpo y sabor.
Correcta RCP, si bien, en función de lo que se opte por comer y beber, puede ir desde 30 a 50 € por comensal, e incluso menos si se opta por algo más ligero.
Tras conocer estos dos restaurantes de este activo grupo gastronómico leonés, ya sólo me queda otro par, si bien tengo especial gana en conocer Koi, justo encima de Clandestino (incluso conectados), y altamente recomendado por el propio Javier del Blanco.
Clandestino Gastrobar
C/ Cervantes, 1
Leon
987793971
@LeonClandestino
@javierdelblanco
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