Muchas recetas surgen por cuestiones cotidianas, casualidades, circunstancias del momento.
Esta vez, unos pimientos entreverados que encontré en la tienda gourmet de Meddis, en una de mis diversas visitas, me dieron el punto de arranque para la base de lo que iba a elaborar.
La base del plato, los propios pimientos, rehogados unos instantes con unos dientes de ajo. Nos servirán de cama, junto un poco de salsa romescu.
Por otro lado, y aprovechando lo que la despensa me daba, en otra sartén puerro bien picado con unos calçots (ya los últimos de este año) en trocitos, pasados con un toque de salsa de soja y una pizca de sal de limón y lavanda.
Para rematar la elaboración, leve rehogado de unos corazones de alcachofa, con toque de vinagre Flavivs de Cabernet Sauvignon (al menos 18 años en barrica) y romero, además de la misma sal de antes.
Ya sólo quedaba emplatar, colocando sobre los pimientos el puerro y los calçots, y rodeando las alcachofas. Remates con salsa romescu, daban al plato un extraordinario conjunto de sabores.
Esta vez, unos pimientos entreverados que encontré en la tienda gourmet de Meddis, en una de mis diversas visitas, me dieron el punto de arranque para la base de lo que iba a elaborar.
La base del plato, los propios pimientos, rehogados unos instantes con unos dientes de ajo. Nos servirán de cama, junto un poco de salsa romescu.
Por otro lado, y aprovechando lo que la despensa me daba, en otra sartén puerro bien picado con unos calçots (ya los últimos de este año) en trocitos, pasados con un toque de salsa de soja y una pizca de sal de limón y lavanda.
Para rematar la elaboración, leve rehogado de unos corazones de alcachofa, con toque de vinagre Flavivs de Cabernet Sauvignon (al menos 18 años en barrica) y romero, además de la misma sal de antes.
Ya sólo quedaba emplatar, colocando sobre los pimientos el puerro y los calçots, y rodeando las alcachofas. Remates con salsa romescu, daban al plato un extraordinario conjunto de sabores.
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