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domingo, 29 de marzo de 2020

Las recetas "contra" el #Coronavirus : Esther Rodríguez. Trufas de boniato y chocolate puro, con remate de pistacho



¿Os suena el nombre de la repostera? Pues sí, much@s sabréis que se trata de mi mujer (la que manda en casa...y en mi corazón). Lo cierto es que, para esta receta número quince, algo he colaborado, pero a ella queda atribuido el mérito, y os recomiendo intentar su elaboración.


A partir de una idea de Chef Bosquet (más que recomendable su libro), por un vídeo suyo en Instagram ( @chefbosquet ), se nos ocurrió una versión, con ligeros retoques. Aquí os dejo el resultado, en nuestro formato trufas.

INGREDIENTES

320 gr. de boniato (después de pelar y cocinar).
140 gr. de chocolate puro 100% (Santocildes).
3 - 4 dátiles medjoul.
Miel.
Azúcar glas.
Cacao puro en polvo.
Pistachos (picados, en pequeños trozos). Muy ricos de La Pistachería ( en IG @lapistacheriamadrid ).

RECETA

Pelamos el boniato, y en trozos medianos debemos cocer (podría ser en agua, hirviendo, directamente en el microondas o asando al horno (en este caso, sin pelar)); la clave es conseguir una textura blanda, manejable, pero que no se rompa. El tiempo, dependerá del tamaño de los boniatos y la forma de preparación.

Pondremos en agua caliente los dátiles.

Por otro lado, cuando vayamos a juntar todo en una batidora (con aspas hacia abajo), hemos de poner al baño María, removiendo, el chocolate, para conseguir una pasta semilíquida. Colocaremos todo en la batidora (retirando los huesos de los dátiles, si los tuviera), junto con un chorro de miel (aquí depende del nivel de dulzor que deseéis, pero en cualquier caso que no sea demasiado).

Conseguiremos una masa, que hay que intentar que sea lo más homogénea posible. En un bol colocaremos en la nevera (al menos dos horas) o en el congelador (en torno a 3 cuartos de hora).

Al sacar del frío, y antes de comenzar a trabajar las bolitas de trufa, comprobad que es maleable, como una plastilina; en caso contrario, es probable que precise algo más de enfriamiento.


No recomiendo que sean bolas muy grandes, pero aquí queda a gusto del consumidor. Según las vayáis formando, se podrán ir introduciendo sobre la cobertura o rebozado que le vamos a dar, consistente en una mezcla de cacao puro, azúcar glas y los pistachos (las proporciones dependen del grado de amargor que aguantéis, por el cacao, y de la cantidad de pistacho que os parezca adecuado).


Terminadas las bolas, y ya rebozadas, lo mejor es que vuelvan a la nevera, a no ser que tengais una fresquera (me recuerda a épocas de la cocina de mi abuela). Pienso que estarán más ricas al día siguiente.




¿Y qué tal si lo acompañáis con un vino de postre, al estilo Sauternes?



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