Llegamos a la receta 32 (pues ya va más de un mes), y ya no sé hasta dónde vamos a llegar.
Y hoy toca un cocinero de los de verdad, de los del "umami" (recuerdo aquel menú, puro placer). Pero nos trae una receta sencilla, aunque llena de sabor y color. Se trata de un cocinero valenciano de la nueva hornada (aunque ya no es tan niño), con algún que otro premio en la mochila, y siempre imaginativo : Chema Soler Pastor. Se hizo famoso en Madrid por sus croquetas diferentes, y así arrancó con La Gastrocroquetería, que derivó en lo que hoy es La Gastro de Chema, ese local estrecho e íntimo en la parte baja de Malasaña, cerca de Gran Vía, donde comer es una alegría; y no hace mucho, puso en marcha otro local, algo diferente (cocina fusión con toques mexicanos), al final de Ponzano : La Gastro Salvaje.
Pues bien, vayamos a la receta. Comentaba Chema, en estas fechas, que "hay días que hasta se me quitan las ganas de cocinar, pero no podemos decaer, arriba ese ánimo con una receta, rápida, sana y buenísima".
INGREDIENTES
Un calabacín.
Queso para gratinar (puede ser rallado o que lo rallemos al momento). La elección, a gusto de cada cual (según intensidad, toque ahumado (que podría quedar bien), más ligero,...).
Longanizas de pavo (admitiría también de cerdo, por ejemplo, o salchichas frescas).
Orégano (mejor fresco).
Opcional : Sal y pimienta.
RECETA
Realmente fácil y para elaborar en un rato.
Cortamos los tallarines de calabacín con ayuda de una mandolina; en caso de no disponer de ella, se podrían cortar a cuchillo, con paciencia, y también hay opciones de compra de los tallarines ya cortados (pero perderán cierto frescor).
Los vamos a mezclar con orégano (a ser posible, recién picado), y ya a decisión de cada uno, podemos salpimentar ligeramente.
Todo en una fuente para el horno, e incorporamos la longaniza de pavo, terminando con el queso rallado, y mezclamos todo bien.
Cubrimos de más queso, y al horno, unos 20 minutos a 180 grados. ¡Listo!
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