Vamos a repetir cocinero, y en este caso profesional, como es Abel de las Heras, y recordaréis que se encuentra al frente de su negocio en Zamora, Wine Bistró. Se trata de una receta de su infancia, y por eso también vamos a incluir la historia de la misma, contada por el propio autor.
Sencilla y suculenta, con origen en Portugal (una alegría siempre visitar a nuestros vecinos y su cocina).
Vamos con el literal de lo que nos cuenta Abel.
Hoy receta portuguesa.
Permitirme que os cuente la historia de esta receta...
Creo que tendría unos 10 años...¡¡¡Viajamos por primera vez al extranjero!!! Fuimos a conocer a familiares de Portugal, en concreto a Bragança, algo nuevo e interesante. Vivimos muchos momentos gastronómicos en familia, una gente acogedora y encantados con nuestra visita. De esos momentos culinarios, me ha quedado grabado algo simple y exquisito. En casa de mi tía abuela Eduarda, hermana de mi abuela Rosa, que trabajaba en un hospital y también realizaba banquetes para bodas (el nivel de sueldos hacía que la gente tuviera otros trabajos para sacar su familia adelante), una casa pequeña, con una cocina comedor / salón todo junto, y una pequeña habitación; enfrente tenía lo que fue el taller de mi tío abuelo Luciano, que era zapatero, donde mi tía realizaba la comida para esto, algo que me llamo la atención, recuerdo unas empanadillas que tenía para algún evento....Podría contar mil cosas, pero voy a la receta que me lío...Bifs de vitela y batatas.
INGREDIENTES
200 gr. de ternera ( babilla, cadera).
4 patatas.
Especias (laurel, pimienta,sal, cayena, ajo,....).
Aceite.
Agua y vino blanco.
RECETA
Ponemos en dos cuencos separados, y añadimos las especias, igual en los dos recipientes ; añadimos agua y un chorrito de vino blanco hasta cubrir, y dejamos reposar unas horas (mejor de un día para otro, una noche).
Escurrimos bien todo. La carne la salteamos a fuego vivo con un chorrito de aceite, y las patatas las freímos como hacían nuestras abuelas, primero a fuego lento y luego más fuerte (conseguiremos un crujiente excepcional y una gran cremosidad en la patata).
Ponemos en una bandeja las patatas abajo y la carne arriba, y ¡listo! Algo simple, pero exquisito. Una de las recetas que me marcó en este viaje familiar, y que tengo que averiguar si es receta familiar o típica de la región; tal vez sea una variante de una receta originaria de aquellos lares. Espero no haberos aburrido, y que la hagáis y os guste.
Muchas gracias Abel; la cocina de siempre, la de las madres y abuelas, tiene algo especial.
Y de vino, como la habitual aportación del blog, me iría a algún tinto alentejano, pero sin exceso de cuerpo.
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