Hay que aprovechar cada instante







La vida es disfrute, y para mí, uno de los mayores disfrutes de la vida,



además de mi familia y mis amigos, es un buen vino con unos ricos manjares,



y en un lugar difícil de olvidar. A partir de ahora, intentaré aportar recetas,



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jueves, 30 de abril de 2020

Las recetas "contra" el #Coronavirus : Paloma Rodríguez de Lema. Cebollas rellenas.



Vámonos de puente, que nos lo hemos ganado, y a por la receta número 47 del "reto".

En esta ocasión llega de la mano de una de los integrantes de #LosMazinger , nuestro grupo de amigos en #Moralzarzal . Paloma, muy madrileña y madridista, de habituales paseos (ahora menos, por la situación) con su perra Rasta por La Dehesa "Cebollera" (de Moralzarzal), nos hace un guiño a la cocina asturiana, pero también al gentiliceo de nuestro pueblo de acogida, con estas Cebollas rellenas.


Muchas gracias amiga.

INGREDIENTES (para 4 personas)

Doce cebollas (medianas e iguales).
Una lata de bonito, en trozos.
Una lata de tomate.
Una lata pequeña de pimientos. 
Medio vaso de vino blanco.
Un huevo cocido.
Guindilla. 
Aceite.
Harina.
Sal.
Ajo y perejil. 
Laurel (en polvo).

RECETA 

Se prepara un picadillo con el bonito deshecho, añadiéndole una cucharada grande de puré de tomate, el huevo cocido, picado menudo, un pimiento, también picado y con un poco de jugo del mismo. Se mezcla todo bien. 



Se escogen las cebollas, que sean lo más iguales posible, y se les quitan las capas exteriores, se ahuecan (con el ahuecador o con ayuda de una cuchara, si no se tiene), dejándolas muy finas, sin que se rompa la capa de fuera. Se rellenan con el picadillo preparado, tapando el hueco con un trocito de cebolla para que no se salga el relleno. 


En una sartén pequeña se pone el aceite, y cuando esté muy caliente se fríen las cebollas, procurando que queden doradas; con la espumadera se les va echando el aceite por encima. Ya doradas se van colocando en una tartera. 

Se prepara una salsa con un poco de cebolla picada, y cuando esté frita se añade un pimiento picado, un poco de puré de tomate, una cucharada de harina, un diente de ajo, machacado en el mortero con una rama de perejil, y, desleído con vino blanco (medio vaso), se le da un hervor y se echa sobre las cebollas, añadiendo un poco de agua, si es necesario. 



Se sazona de sal y guindilla (según se desee), y un poco de laurel. Se dejan cocer hasta que estén tiernas. Necesitan dos horas de cocción lenta para quedar en su punto.


Pues se ve realmente sabroso, y sólo falta regarlo bien. Se me ocurren dos opciones, dado el origen : un rico vino blanco albarín asturiano o una buena sidra natural. Disfruten...



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